El denominado “banco con las mejores vistas de Asturias” e incluso “del mundo” se encuentra en Oviñana, a tan solo 15 minutos de Cudillero, uno de los pueblos más turísticos del principado. Los acantilados y las playas que podemos ver desde el mismo son tan impresionantes que el mirador de Sablón simplemente lo forma un pequeño banco sobre una estructura de hormigón.
Desde este punto de observación, que se encuentra al borde de un acantilado, podemos ver la Playa del Silencio, el Faro de Vidio, cabo Busto, Cadavedo… y, en primera línea, la playa de La Vallina. Además, si el día está despejado, también se divisa la Estaca de Bares, el punto más septentrional de la Península Ibérica. Ver romper las olas en este espectacular paisaje es sensacional en cualquier momento, pero es especialmente aconsejable hacerlo al atardecer, cuando, con la caída del sol, el rincón asturiano se vuelve más mágico si cabe.
Para llegar a este enclave es conveniente aparcar en el Mirador de Cueva, junto al pueblo Riego de Abajo, y realizar a pie un breve paseo de unos cinco o diez minutos de duración por los acantilados. En el propio aparcamiento podremos ver el monumento del Aldebarán, un barco pesquero que homenajea a los marineros que perdieron la vida en las costas de Cabo Vidio. La embarcación fue construida en 1964 y ejerció su actividad hasta el 2014, momento en el que fue donada al Ayuntamiento de Cudillero, que decidió restaurarlo y establecerlo en el nuevo emplazamiento.
A partir de este punto encontraremos postes verticales de madera que nos señalizarán el camino a seguir para llegar al mirador del Sablón. El sendero a recorrer es de unos 500 metros, pasando por encima de la playa de la Cuevas. Mientras disfrutamos de las cautivadoras vistas, en el tramo final veremos el famoso banco y podremos acceder hasta él recorriendo un camino algo más estrecho, pero cómodo. Cabe destacar que ni el trayecto, ni el propio mirador tienen vallas de protección, por lo que es recomendable transitar con mucho cuidado para no tener ningún susto.
Aparte de este fascinante espacio, en las proximidades hay múltiples lugares que merece la pena visitar. De hecho, en el propio mirador nace un camino en forma de zigzag que nos acercará a algunos de ellos. Siguiendo el mismo, a través de una plataforma de madera cruzaremos un pequeño río para bajar a la playa de Vallina, donde encontraremos dos antiguos molinos, el de Prudencio y el del Llano, este último a muy pocos metros de la orilla.
Otra gran opción es visitar el Faro de Cabo Vidio, ubicado sobre un acantilado de casi 100 metros. Adicionalmente, de camino al mismo nos encontraremos con la iglesia de San Roque. ¿Qué más? “La Iglesiona”, una cueva natural con forma de cúpula creada por la erosión del viento y el agua sobre la roca del acantilado. Este tesoro de la naturaleza es accesible con bajamar y preferiblemente con guía profesional, ya que la entrada no es del todo fácil.
Podríamos extendernos enumerando los incontables lugares con encanto de Oviñana, pero lo mejor es que los visites tú mismo, comenzando por el mirador del Sablón.
Autor de la foto: Jose Maria Bobes (Fuente: Turismo de Observación)